Existen más de 500 zocos que enfrentan
no sólo las consecuencias de la pandemia sino también inseguridad y competencia
desleal
diciembre 25, 2022
El intercambio comercial en nuestro país se
remonta a la época prehispánica con los olmecas, los teotihuacanos y mayas,
pero -sin duda- lo que marca el principio de lo que hoy conocemos como mercados
públicos fue la creación de Mercado de La Merced en el año 1863
y el de La Lagunilla en 1893.
Desde entonces, en estos centros de abasto donde
laboran familias completas de generación a generación, se vive la alegría de
poder sacar adelante a los hijos, pero también se padece la competencia
desleal de centros comerciales, la extorsión, el robo hormiga, nuevos
impuestos y, recientemente, con la pandemia se pensó que muchos desaparecerían
tras el confinamiento.
Sin duda todos estos problemas
han dejado cicatrices en los locatarios sobrevivientes, la mayoría de ellos,
dedicados al área de alimentos. En cambio, los que ofrecían servicios, o venta
de ropa, zapatos y otras cosas que no eran productos de primera necesidad,
tuvieron que cerrar más de un año sus locales durante la pandemia y muchos ya
no volvieron abrir sus negocios.
“En el Estado de México hay más de 500
mercados en sus 125 municipios y cada uno de ellos representa el sustento de
cientos de familias, que cada día levantan sus cortinas o descubren sus
productos, con la esperanza de que la venta sea mejor que el día anterior», dijo
en entrevista Vicente Ruiz Vázquez, dirigente de la coordinadora de mercados
del valle de México.
Un locatario o locataria cada día trata de hacer
rendir el dinero para poder conseguir el producto más barato para sus clientes
o para que les rinda para poder comprar más y así poder surtir mejor su tienda.
“Todos los días estamos a merced de la
inflación o cuestiones políticas que impactan los precios y aunque el cliente
final es el más afectado, los comerciantes también padecen la baja en sus
ventas o en el sacrificio de sus ganancias”.
“Ya ni me acuerdo cuántos años tengo
trabajando en el mercado haciendo comida, solo le puedo decir que de aquí le he
dado estudios y dónde vivir a todos mis hijos”, dice orgullosa
Trinidad Gutiérrez, comerciante del mercado 23 de abril en el municipio de Nezahualcóyotl.
“Los
mercados han visto nacer y morir personas, se forman familias cuando locatarios
o hijos de locatarios se conocen y se enamoran, muchos siguen la tradición de
seguir trabajando en el mercado, otros han preferido estudiar, tener una
carrera y dedicarse a otra cosa, cada quien decide lo que más le conviene”,
dijo Guillermo Almanzar quien trabajó en uno de los mercados más conocidos del
Valle de México, el Mercado de San Juan.
https://lajornadaestadodemexico.com/mercados-en-edomex-luchan-por-sobrevivir/
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