E D I T O R I A L
Por Rosario Luna
Los Mercados Públicos
fueron construidos y puestos en funcionamiento como un servicio público para el
abasto alimentario, cuya oferta y demanda se refieren principalmente a
artículos de primera necesidad.
Después de 61 años de vigencia del Reglamento, la
actividad comercial de los Mercados Públicos ha registrado importantes
transformaciones. Si bien persisten los giros relacionados con el abasto
popular, se ha incrementado la presencia de actividades con giros ajenos al
abasto de productos básicos.
Estos mercados son catalogados como centros de abasto
al menudeo que actualmente proveen el 20% de los alimentos que demanda la
población en el Distrito Federal. Cuando en la década de los sesentas
distribuían el 90% de los productos de la canasta básica.
De acuerdo a cifras del INEGI, en estos espacios se
atienden alrededor de un millón 400 mil usuarios semanalmente.
La mayor parte
de los mercados públicos de la capital,
fueron construidos en las décadas de los cincuenta a setenta, son hoy día
espacios rezagados en la nueva terminología y acciones de modernidad y
competitividad que inunda al país.
El declive de los mercados públicos inicia en los años
ochenta, cuando entran al escenario las tiendas comerciales como Sumesa,
Gigante, Comercial Mexicana y Chedraui, entre otras, las cuales empiezan a
consolidarse rápidamente en grandes cadenas comerciales aprovechando los
capitales extranjeros que permiten ofertar los productos por debajo de su costo
normal, y realizar compras consolidadas.
A lo anterior, se sumó la tendencia de la
liberalización comercial y la globalización económica que intensificó la
competencia en el abasto público, al introducir productos extranjeros y nuevos
esquemas de comercialización, financiamiento, organización, publicidad y
promoción por parte de las grandes cadenas comerciales tanto nacionales como
extranjeras.
Tal situación dejó en desventaja a los mercados
públicos y a sus miles de locatarios,
que sólo fueron espectadores de los grandes cambios que experimento el comercio
mundialmente.
Resulta
necesario elevar la competitividad de los mercados públicos, iniciando en la
infraestructura, la cual debe permitir ofrecer a los consumidores espacios
destinados a estacionamiento instalaciones seguras, en la operación y
funcionamiento con un empadronamiento regular cierto y actualizado
permanentemente, acompañados por políticas públicas que permitan a los
comerciantes instalar modernos sistemas de comercialización, aunado a lo
anterior debe aplicarse la norma para que estos centros de abasto cumplan el
objetivo para el que fueron creados.
La
revista informativa que presentamos debe promover al comerciante permanente la motivación que se
requiere para reconquistar a los
consumidores con sus fortalezas, calidad, calidez y buen precio.
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