lunes, 18 de abril de 2016

El Constituyente; las campañas y las propuestas.



Por Miriam Cruz
Arrancaron hoy las campañas en la Ciudad de México rumbo a la elección de Diputados Constituyentes, mismos que tendrán bajo su responsabilidad promulgar la primera Constitución de la Ciudad. En un proceso inédito, l@s ciudadanos podremos elegir a sesenta de los cien constituyentes que en 2017 deberán dar cuenta del encargo que les conferiremos con nuestro voto el próximo 5 de junio. Los otros cuarenta serán designados por el Ejecutivo Federal, el Ejecutivo Local, el Senado y la Cámara de Diputados. La decisión, las cifras y hasta los perfiles de los “constituyentes designados”, son el resultado de los acuerdos establecidos entre el titular de “Los Pinos” y el Jefe de Gobierno de la Ciudad. La reforma política –tan necesaria en nuestra Ciudad capital- fue pactada y orquestada desde las más altas esferas del poder. Bien por quienes se empeñaron en saldar la cuenta pendiente con la Ciudad, mal por quienes sobreponen los intereses particulares a los intereses generales. La legitimidad de un proceso Constituyente lo constituye la pluralidad, la voluntad general representada en tod@s los hombres y mujeres posibles. La soberanía es un principio que solo dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. La representación de l@s ciudadan@s depende si, del número de votos, si de los de los pesos y contrapesos, si de la concertación política, pero también de la más amplia participación de las masas. La primera Constitución de la Ciudad de México debe surgir de un amplio proceso de discusión de todos los sectores de la sociedad, de un sinfín de propuestas hechas por expertos científicos, empíricos, obreros, feministas, amas de casa, adultos mayores, jóvenes, profesionistas, empleados, en fin, por el mayor número de sectores posibles. Lo que los sectores de a pie esperamos, deseamos, demandamos es el mayor número de propuestas posibles, pero también el ser tomados en cuenta. El replantearse la Ciudad no es asunto menor. Los partidos (que por cierto han apuntado a la descalificación de sus propios militantes para participar en sus propias listas de candidatos), han dado lugar a las figuras “externas” para representar sus propios postulados, deberán dar respuesta de lo que ocurra una vez que se conviertan en “Constituyentes”, quienes ni postura tienen sobre los asuntos públicos de la Ciudad. Y los escasos (ocho) ciudadanos palomeados por el INE para aparecer en la boleta electoral, deberán ser congruentes con la figura de “independientes” con que se manejan respeto de las fuerzas políticas con registro. La moneda está en el aire una vez más. L@s ciudadanos seremos bombardeados con propaganda, souvenirs y promesas reiteradas de cambio; el resultado será en gran parte lo que resulte de las buenas y malas decisiones de las fuerzas políticas concentradas en la Ciudad de México. El poder supremo por excelencia es el sufragio libre, universal y secreto, ese es el que determina quién se queda o quien se va. El voto del 5 de junio determinará lo que ocurrirá en el Constituyente, el proceso electoral del 2018 no está escrito, ni será determinado por lo que ocurra en junio de 2016. ¿Alguien opina lo contrario?

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